Bebés y Navidad
Un ajetreo que agobia a muchos y que se hace cuesta arriba solo con pensar en afrontarlo con un bebé. Sin embargo, es más sencillo de lo que parece, solo hace falta seguir esta serie de consejos para procurar el bienestar de los más pequeños y disfrutar al máximo de estos días. ¡Felices fiestas!
1. Respeta su ritmo horario. Mientras nosotros nos damos cuenta de que la Navidad es especial, los bebés no entienden a qué viene tanto alboroto. Es por ello que debes procurar respetar su ritmo habitual, organizando bien las reuniones a las que vayas y evitando que coincidan con su hora de la siesta, momento que puedes aprovechar para que duerma un poco más de lo normal. Asegúrate de que la casa a la que vayas dispone de una habitación tranquila y evita que pase de brazo en brazo incansablemente… ¡Todos querrán coger al bebé, pero su descanso es primordial!
2. Cuidado con el exceso de estímulos. La Navidad es una época del año en la que el bebé no deja de percibir estímulos: desde colores despampanantes, a rostros desconocidos y sonidos que pueden llegar a molestarles y alterar su descanso. Lo mejor es escuchar los villancicos a un volumen moderado (lo que, además, favorece el desarrollo de sus sentidos) e ir con cuidado con los ruidos imprevistos que, como los de los matasuegras, pueden alterar su sistema nervioso.
3. No lo presiones ante extraños. Es normal que te haga ilusión inmortalizar el momento en el que tu bebé conozca por primera vez a Papá Noel o los Reyes Magos. Pero debes tener en cuenta que para él son figuras algo confusas que le pueden llegar a provocar miedo, uniéndose al color de sus ropas, las barbas y, en general, las multitudes que haya alrededor. Si ves que se muestra receloso no le obligues a que se acerque a ellos.
4. En casa de otro, ¡mejor! Si no sabes dónde celebrar la Navidad con tu bebé recién nacido, ten en cuenta que lo mejor es hacerlo en una casa que no sea la tuya. Y si estás embarazada, también. Así no tendrás que encargarte de los preparativos y podrás abandonar la fiesta cuando sea necesario, sin tener que despedir a tus invitados. Para no romper su rutina de sueño, puedes dejarlo dormir en una habitación tranquila, alejada de los fumadores y del ruido de las conversaciones.
5. A prueba de virus. Con el frío característico de la Navidad es fundamental que abrigues bien a tu bebé, que con tanto desplazamiento puede llegar a coger algún virus. Los recién nacidos son los más propensos a ello, al carecer de un buen sistema de termorregulación, por lo que con ellos habrá que prestar aún más atención. En su caso, la máxima de vestirles con una capa más que nosotros ya es suficiente, ya que tampoco es cuestión de abrigarlos en exceso. En caso de duda, la frente y el cuello son buenos indicadores para ver si están pasando frío o calor.
6. Acierta con los regalos. Es muy probable que si alguien te pregunta qué regalarle a tu bebé le digas que no es necesario comprarle nada. Pero no hace falta quedar bien. Aunque sea demasiado pequeño y no pueda disfrutarlo, siempre puedes pedir alguna cosa práctica, como ropa, biberones o chupetes. Si, por el contrario, tu bebé es más mayor y ya empieza a gatear o experimentar con las manos, puedes pedir una manta de juegos o bloques de colores, por ejemplo.
7. Cuidado con las comilonas. En las reuniones familiares la mesa está repleta de comida que no suele servirse en el día a día. En general, procura no darle a tu bebé nada de lo que no estés segura que pueda ingerir, sobre todo si se trata de alimentos que, como los frutos secos o el marisco, llevan aparejado riesgo de asfixia o alergia. Si estás dando el pecho, además, cuida también lo que comas, optando por una dieta saludable y prescindiendo del alcohol. Si bebes una copa, deberás esperar un rato hasta amamantar a tu hijo, lo que dependerá de tu peso y de la cantidad que hayas consumido.
8. Precaución ante todo. Ten en cuenta que durante las fiestas las casas se llenan de elementos decorativos y piezas varias que pueden suponer un auténtico peligro. Por eso, vigila a tu hijo en todo momento para que no se haga daño con las velas, los cables, las figuras del nacimiento, los adornos del abeto o las piezas más pequeñas de los juguetes que hayan recibido los niños más mayores. Si vas a casa ajena, recuerda reforzar todo este control, y es que es muy probable que no cuente con las medidas de seguridad necesarias. ¡Y ojo con las plantas típicas de estas fechas! La Poinsettia, el muérdago o el acebo no son solo muy llamativas, sino que también son tóxicas.
9. ¡Desplázate, no hay problema! Si por razones familiares tienes que viajar en Navidad y debes hacerlo con tu bebé, no te preocupes. Cuando son pequeñitos es más fácil desplazarse con ellos, siendo habitual que duerman durante el viaje o que se distraigan con cualquier juguete o muñeco. Si viajas en coche, asegúrate de utilizar la sillita que sea más segura para él, colocándola en la posición idónea para garantizar su máxima seguridad.
Comparte la ilusión de la Navidad con tu bebé y no olvides inmortalizar todos los momentos que viváis. ¡Es un recuerdo para toda la vida y uno de los momentos más bonitos que recordar!